Carlos es saxofonista y Rubén guitarrista. Por su parte, Lorena es escritora, y Sonia, estudiante de Derecho. Ellos no se conocen entre sí (al menos físicamente), aunque hay un quinto 'elemento' que sí conoce a uno de ellos: Andrés.
Andrés trabaja de camarero para poder pagar su piso, mientras que a Sonia se lo pagan sus becas y su familia.
Por su parte, los otros tres (Rubén, Carlos y Lorena) ya tienen pagadas sus viviendas. Ellos son más independientes economicamente debido a su trabajo, aunque reitero que no se conocen (al menos físicamente).
Cada uno tiene sus aficiones. Cada uno tiene su vida, aunque todos, absolutamente todos, comparten cosas en común. Cosas como la afición por el mismo estilo de música, la edad, el miedo al miedo, intentar reírse constantemente o formar parte de un ecosistema literario.
Lorena escribió un libro en el que Carlos era el protagonista. Carlos, al igual que Rubén, no existen más allá de nuestra imaginación, y éste último es el mejor amigo y miembro del grupo que formó el primero. Sonia se compró el libro el primer día de su salida a la venta y se lo dio a leer a Andrés, su compañero (no solo de piso).
Carlos es un hombre prototipo. Muy parecido a un antiguo novio de Lorena, la que le dio la vida.
Lorena lo describió porque aún sigue recordando a ese novio que hace tres años la dejó tirada.
Tres años es justo el tiempo que hace desde que Andrés terminó sus estudios y se fue a vivir con su novia.
A Sonia le gustó mucho el libro. No por Carlos, sino por Rubén. A ella siempre le han gustado los segundones.
Rubén no es especial, pero sin él esta historia no tendría sentido.
Desde siempre he considerado a las personas que hacen el trabajo sucio para que otros destaquen, mucho más importantes que ese o esa persona que al final recibe los halagos.
Por ello, creo que es hora de finalizar una entrada que dejé abierta hará un par de meses: Mi personaje referente de pequeño es Din Don.
DIN DON??? una polla como una olla.
ResponderEliminar