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Una camisa de cuadros no es siempre la mejor opción.
Recapitulemos: existen camisas a cuadros (las más usadas entre la juventud, sin duda), camisas lisas, camisas lineales, camisas extravagantes... Aunque también hay otro tipo de vestimenta para la parte media del cuerpo: camisetas, sudaderas, chaquetas, abrigos, chalecos...
Centrémonos en las primeras de la segunda lista, no sé si me explico. Dicho de otro modo más conciso, centrémonos en las camisetas y comparémoslas con las camisas.
Camisetas también hay muchas: de manga larga, de manga corta, de tirantes, con manga doble... Casi todas tienen algo en común, y es que en todos los modelos existen infinidad de colores.
Otra peculiaridad igualitaria para todas son los dibujos que soportan: algunas dicen frases originales, otras solo portan la marca correspondiente, las hay con dibujos agresivos y con dibujos infantiles. También existen las de propaganda de la empresa del vecino, de empresas multinacionales o de partidos políticos. Cómo olvidarnos de las camisetas de equipos de fútbol, baloncesto, o cualquier deporte que las comercialice.
Cada una representa a un tipo de persona. Están las raperas, las punkis, las pijas, las skin, las de los forzudos, las normales, las que se creen normales pero no tienen ni puta idea qué son, las que quieren ser diferentes pero casi siempre acaban siendo normales, las que llevan los provocadores, las que llevan los que no quieren llamar la atención, las de los conciertos y mil y una posibilidad más.
Hay dos camisetas iguales, casi todas tienen su réplica. Da igual donde la compres que en el 99% de las veces tendrá una gemela.
Hablemos de mí, ya que soy la única persona que tengo a mano ahora mismo. Yo prefiero vestirme con camiseta de manga corta, de color gris o negra, ancha pero sin pasarse, con un determinado mensaje (si es gracioso, muchísimo mejor) y un dibujo acorde al texto.
Quizá haya miles y miles de personas a las que le guste ese mismo tipo, pero el porcentaje bajará cuando vean la mía.
¡NO OS VA A GUSTAR!
A la conclusión que quiero llegar, y que ya adelanté hace unos días en mis perfiles de redes sociales es que no somos todos iguales, ante nada ni ante nadie. Eso es así y seguirá siendo, afortunadamente, para siempre.
Disfruten: