martes, 18 de octubre de 2011

Yo delante para que no me espante

Yo siempre he sido fiel a mi imagen. Incluso cuando ella me engañó. Pero bueno, no me quejo porque el espejo siempre me ha sonreído, y la luna me ilumina a diario (en realidad es solo cuando coincidimos en la calle).

Normalmente pienso. Rara vez mi cabeza se despeja de fantochadas, y es entonces cuando los problemas en los que estoy, estás, está, estamos, estáis y están, me importan más bien poco. En esas ocasiones me gustaría transformarme. Ser... No sé... Ser o no ser, pero transformarme al fin y al cabo.

Una vez soñé con ello. Había televisores. Solo televisores. Algunos veían las programaciones de otros. Yo no me apagué a lo largo del sueño.

Muy pocas veces cuento mis sueños. No sé porqué lo estoy contando ahora. Ni siquiera sé porqué estoy escribiendo esto. Antes mis escritos tenían fines determinados. Éste no es menos. Y es que a veces pienso en ti, incluso vestida.

Antes de finalizar y de postdatear, quiero relatar otro caso real, pero más impactante: Estaba yo tan tranquilo comiendo en mi cocina hará como cinco años, cuando vi una noticia en la televisión que decía: "Se detecta un virus que se trasmite mediante el correo electrónico y que ataca el 3 de febrero". No puedo asegurar que ése sea el titular exacto, ni que el 3 de febrero fuese la fecha concreta, pero la cosa es que me quedé muerto. Las causas no venían solo al escuchar la noticia, sino al observar que el plato de arroz que tenia en la mesa se había convertido en palabras, palabras que al final me tuve que tragar. Menos mal que estaba rebueno (literalmente, esta palabra se encontraba en el plato).

PD: ¡Yo soy heavy!

No hay comentarios:

Publicar un comentario