viernes, 1 de octubre de 2010

Siempre acompañado

Lo que "mola" de las historias, de vez en cuando, es empezarlas al verrés:
.fin. Como ya he dicho, esto es una historia, no sé si real o de ciencia ficción. Me la encontré un día andando por la calle. Creo recordar que era la calle de la amargura, aunque el nombre del lugar es lo menos relevante ahora mismo. Lo que importa es la historia como tal.
Iba de muñecos (a lo Toy Story), muñecos que se convertían en humanos y jugaban al Pictionary. Siempre perdían, pero les encantaba.
La historia era muy larga. Los muñecos se separaban, pero siempre volvían a juntarse, eran amigos y el Pictionary su único vicio. No fumaban, o al menos no lo nombraban, aunque yo tengo mis dudas, pues hacían determinadas cosas que no venían mucho a cuento.
A lo que voy: un buen día, contaba la historia, uno de los muñecos tuvo que contestar a una pregunta comprometida en el juego. Ésta cuestionaba sobre quién era la mujer más bella del mundo. Las opciones de respuesta eran:
a) Una hermosa princesa (en la que no perderé el tiempo en describir, puesto que era tan guapa que la imaginación del Hombre, como sinónimo de humano, nunca podría alcanzar);
b) Su guapa novia, que, supongo que no sería tan guapa como la respuesta a), pero que estaba presente;
c) Una señora que tenía el poder de matar si la enfadaban.
El humano muñeco (que se llamaba Dios) dudó mucho la respuesta, aunque la tenía clara desde el primer momento. Supuso que elegir la opción a) sería lo más correcto, pero se quedaría sin novia y quizás sería quemado en la hoguera por la señora. Después caviló elegir la b). Se mentiría en cuanto a que pensaba que era la a), pero podría seguir siendo feliz con su novia, aunque a lo mejor no por mucho tiempo, porque podría ser asesinado. Finalmente pensó en elegir la c). Era la respuesta más sensata, pues podría seguir viviendo para contarlo, pero a los problemas de mentirse a él mismo y de quedarse sin novia, se sumaba que la respuesta sería incorrecta y por tanto perdía opciones para seguir avanzando en su juego. El Pictionary.
La historia terminaba poco después. Los participantes tenían una cuarta opción: "Paso".
No decían porqué opción se decantaba al cabo, pero sí recordaba la historia que siempre perdían. Todos. Empiezo

1 comentario:

  1. Bueno, eso no importa. La verdadera belleza está en la derrota

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