lunes, 14 de noviembre de 2011

Derrochando la bolsa y la vida

No hay mejor forma de saber si estás vivo que sentir el frío.
Llevo ya varios días helado. Temblores y escalofríos. Todos a una, pero los combato. ¡Vaya que si lucho contra ellos! Quizá no con ropa, pero no es necesario hacerlo así.
Una simple foto basta, o una servilleta, o unas letras mal escritas en un blog. Todo son fórmulas antifrío. Y funcionan.
Ayer despedí a la primera visita que he tenido estando en la isla de Tenerife. Con sus agonías y sus quehaceres siempre sabe como satisfacerme. Aunque yo intente negarlo, lo consigue. Pero bueno, al fin y al cabo estuve en sus entrañas. Pululando cual pez en un charco; buscando sombras para justificar sus chaquetas.
Sentir que a veces mueres es otra de las luchas constantes contra ese enemigo común al que todos, sin importar de dónde seas, sabemos ganarle. Es un perdedor.
Es por ello por lo que hoy, 14 de noviembre de 2011, 6 meses menos un día después del inicio de la nueva era, me siento obligado y, sobre todo, capacitado a decir lo siguiente:

No salí a buscarte porque tenía miedo de encontrarte. Por eso he ido poco a poco dándote por perdida.

1 comentario: